mardi, novembre 28, 2006

Editorial

"escribir es siempre ocultar algo de modo que pueda ser descubierto"
Italo Calvino


Vengo saliendo de mi primera crisis blogística. En serio. No es que las crisis no sean especialidad en mi vida, pero no me las esperaba en este terreno virtual. Pero ya ven. He tomado conciencia de la gran contradicción que me genera una cierta intimidad arrojada al ciberespacio, o dicho de otro modo, la exposición de este espacio de exposición (valga la redundancia). Yo sé, siempre supe, que es un lugar de acceso público. Y sin embargo no lo vivía –del todo- así. Pensaba en cierta medida, y paradójicamente, “a salvo” a esta especie de diario de vida en Internet...

Pero en fin, la cosa no es así. Se puede perder el anonimato. Y el ejercicio que se me presentó fue el repensar el por qué escribo en este blog, el qué escribo o comunico y, por supuesto, el qué no escribo o muestro. El cómo me relaciono con este juego de lo público/privado. Y me di cuenta de que si bien estas letras no son más que una partecita de lo que produzco, -y algo aún más pequeño en proporción a mi sentir (en fin, ejem, suponiendo que es posible en todo caso transcribir todo lo que se siente)-, yo no puedo no escribir desde la emoción, desde la intimidad, desde las entrañas diré en un arrojo de romanticismo… no puedo escribir sin trasparentar la emoción que me lleva de la mano a la escritura. Pero justamente esto, unido a la cualidad en cierto modo “pública” intrínseca del blog, me ha hecho sentirme “desnuda” frente a cierta lectura… y pues, no, ça me va pas.

Luego de mucho cavilar, extraje de esto dos conclusiones principales. Primero, que en adelante no puedo desconocer una cierta autocensura que se aplicará a estas líneas. O, para decirlo de manera menos brutal, que se producirá una suerte de revisión de los contenidos editoriales de estas andanzas, por lo que es muy probable que ciertos escritos ya no vean en ellas la luz. Pero de todas formas, y segunda conclusión, vuelvo para recordarme, y con el permiso de mis muy queridos lectores – que espero sepan lo mucho que me alegra comunicar con ustedes-, que escribo para mí en primer lugar, porque escribir lo que sea, me libera, me vivifica, me da gran placer. Y pues, espero que el temor a los descubrimientos, a herir lecturas curiosas, no sea el motor que tiña mis palabras, no sea su razón… sino esa libertad de andar que me acompaña por esta ruta… Veremos si resulta alcanzar el equilibrio. Después de todo, Calvino tiene toda la razón.

Igualmente esto opera como un nuevo desafío, y me gusta. Todas las cosas mutan, evolucionan en función de tantas otras cosas… las palabras van naciendo cuando les toca. Y todo pasa por algo. Este espacio es en primer lugar mío; pero es igualmente vuestro… así es que sean TODOS igualmente y gratamente bienvenidos! la libertad corre para los dos lados... Y que cada letra nos mantenga cerca, si así debe ser.


La editora





(Foto: P. Soriano/ Paris, août 2006)

dimanche, novembre 26, 2006

Ya vuelvo...

Ando desaparecida por un rato, entre días de otoño y silencios reveladores... las horas pasan lentas, y la luz se ha prácticamente esfumado en estas latitudes. No me he sentido muy bien “dans ma peau” (en mis zapatos) últimamente… le echo la culpa al lapidario cambio de estación y sus ajustes. En fin, hoy no tengo muchas más palabras que dejar… pero ya vuelvo...


vendredi, novembre 10, 2006

Cat power... realmente power!

Siete y algo de la tarde, teatro ‘Ancienne Belgique’, a un costado de la Bourse en el centro de Bruselas. El lugar es genial, la gente va llegando de a poco. Estoy expectante y ansiosa, el cuerpo me burbujea, y no es sólo por la cerveza belga que me acabo de tomar… ahí estoy, con J., y me siento como en “su sueño por un día”: en cosa de minutos va a comenzar el concierto que tanto anhelaba ver y que me trajo hasta la capital de Bélgica: Cat Power & The Memphis Band.

Antes de seguir, una pequeña introducción sacada por ahí de internet:

“La cantante y compositora Chan Marshall lleva varios años realizando álbumes con el nombre de CAT POWER. Su ultimo álbum se llama ‘The Greatest’, pero no se equivoquen, no es un lo mejor de. Ella ya demostró que tenía mucho que ofrecer con ‘You Are Free’ del 2003 (un álbum diverso y aplaudido por la crítica, con músicos invitados de la talla de Eddie Vedder, Dave Grohl, y the Dirty Three's Warren Ellis), pero éste es sin lugar a dudas su mejor álbum de estudio hasta la fecha. Para ‘The Greatest’ se fue a Memphis para grabar una colección de canciones en el legendario Ardent studios - the Memphis soul factory. Fue acompañada por the Memphis Rhythm Band: viejas manos como Mabon Hodges (el compañero compositor de Al Green) y Steve Potts (baterista para la renombrada Stax label). Los otros miembros de The Memphis Rhythm Band acumularon experiencia con Booker T & The MG's, Aretha Franklin y muchos otros. Cat Power vuelve a sus favoritos de la niñez (soul y jazz) y de esta manera combina su propio sonido seco con elementos que hicieron geniales a muchos álbumes de Al Green: metales, arreglos de secuencias funky y dulces voces acompañando los coros. Con este matrimonio musical en su carrera, esperamos también a Chan Marshall en su mejor forma en el escenario.

'De manera similar a Lambchop's Nixon, mezcla nuevo y viejo, soul y country, blanco y negro, amor y odio, para formar una obra maestra minimalista (Uncut)

20:45, se inicia el show, sin teloneros, directo al grano. Un tema instrumental para que la banda caliente motores, y enseguida comienzan los acordes del tema the greatest en el piano… se me paran los pelos, y ahí está de pronto ella cantando frente a nuestros ojos. Se mueve todo el rato, baila, se contornea, y nos deja boquiabiertos con su voz, aún más caladora en vivo.

Esta primera parte del concierto será ella y la Memphis Band, tocando uno a uno, y casi en el mismo orden, la casi totalidad de los temas del disco The Greatest. El público los escucha pasmado uno a otro, -no los canturrean como haríamos en Chile (salvo esta chilena loca, claro está)-, y aplaude cada vez. Sólo recibimos unos breves “thank you” de vez en vez, y la dedicatoria “this is for the men” para el tema empty shell (¡í-do-la!). La banda es sólida, el sonido es excelente, y escuchar esos grandiosos temas en vivo es un regalo. Las luces de colores iluminan la escena desde atrás, dejando a los músicos en oscuridad. Mi acompañante se queja de que no ve el rostro de la artista, pero a mí me agrada ese toque íntimo que dan, y me parece además un gesto de timidez de ella, que me gusta. Ella sigue bailando sin parar mientras canta, mientras toca la guitarra, en una áurea de energía, de alegría que contagia. Y llegan finalmente hasta el tema where is my love? (ni les explico lo bello que sonaba en vivo), para salir todos de escena. Entonces una de las coristas nos anima a gritar y aplaudir (bien tranquilos estos belgas!) hasta que finalmente vuelve a entrar Chan, sola, bromeándonos un : “¿pensaban que me había ido?”

La segunda parte del show es entonces, ella sola en el escenario, ella como reina absoluta del escenario. Pasa, con su voz hipnotizante, de un tema en el piano, a un tema en la guitarra (memorable fue una versión de the house of the rising sun acústico), de la guitarra otra vez al piano (i don’t blame you de regalo, muy celebrado por el público) y así. Con cada tema parece entrar en trance, y es sencillamente sobrecogedor escuchar su entrega. Y como si eso no bastara, derrocha una simpatía increíble (¡puchas la mina chora!) que nos hizo sentir como si estuviéramos carreteando con ella: nos conversa y conversa, y echa la talla entre temas, de tipo “¿cuál viene ahora?, adivinen..” ó “mom, are you there?” “Jean Pierre are you there?” (nombre francés típico). En un momento nos dice “estoy cansada, podemos conversar? alguien tiene un cigarrillo?”, cigarrillo que voló raudo desde la primera fila, del que extrajo unas piteadas, y que devolvió al afortunado galán de la noche ovacionado por los varones. El ambiente está tan distendido, que del público le conversan “ey Chan! you’re a good woman” (piropo relativo a su maravillosa canción good woman). O aún “you have magical powers”, a lo que ella responde “that’s a very good compliment!, are you seek?”, seguido de nuestras risas y de uno de sus dulces y graciosos “soryyyy…” En un momento afina su guitarra y no puede evitar comentar lo alucinante que le parece la cuerda “¿dónde compran éstas?”, y cuando entra uno de los músicos nos dice emocionada “él tocó con Nirvana!...” y enseguida le pregunta “era cuando aún no eran famosos, right?”

Después de dejarnos en claro que el peso del espectáculo es sin lugar a dudas ella, -que no sólo es una mina talentosa sino además muy simpática, graciosa y sencilla-, vuelve a entrar la Memphis Band, para interpretar algunos temas más todos juntos, entre ellos un genial y muy disímil cover de satisfaction. Finalmente cantan todos juntos un tema, muy en onda familiar, y se despiden sin derecho a bis (cosa que tampoco pidió el público belga). Ella entra un par de veces de nuevo al escenario para agradecer nuestros inagotables aplausos, con gestos de emoción (dibuja un corazón con sus manos)… y la vemos desaparecer. Las luces se encienden, y las sonrisas no se borran de nuestros rostros…

Yo me siento in the “top of the world”, o en la cumbre de la ola si prefieren, y salgo al frío de la noche con la sensación de haber disfrutado de uno de los mejores conciertos de mi vida (que no son pocos, eh?)… Y muy agradecida de la familia parisina que permitió este viaje con su regalo de cumpleaños... merci une dernière fois...

A los que aún no conocen esta artista, o no han escuchado su disco the greatest: ¿qué están esperando?

(Fotos: Bruselas, 4 de noviembre 2006. Van dedicadas, así como el texto, a mis hermanos F Y F)

Otro dato...

Esta vez para los que están en París... por si no se han enterado...


Mois de la photo, una serie de exposiciones (y vernissages), en diferentes salas y centros de la ciudad, muchas gratuitas... à en profiter!!