para Bertie...

soñamos en la infancia que nos regalaste
así como tú a su vez sueñas con aquella que también te arrebataron…
pero juntos recordamos que ella vuelve, que nos habita, que no se ha ido…

desde aquí veo un pequeño rubiecito de cabeza pensante caminar las calles del cerro Alegre
y una pequeña flacuchenta escondida del mundo en su jardín encantado…
nos veo entonces, nos veo siempre
llamando la luz de esos días
saltando del carro sin rumbo de la madurez cotidiana
para instalarnos a soñar, en ese edén sin sombra, en ese espejo en que asoman nuestros rostros felices…

por eso nuestros pensamientos bailan juntos a través de todas las horas y a través de todos los mares
porque nuestras miradas siguen buscando esa luz de infinito, ese rincón de niñez donde fuimos libres...
eso que vuelven a encontrar cada vez que se cruzan…

todas esas flores nos acompañan, ayer y por siempre.

(Foto: A. Márquez, enero 2007)