lundi, février 06, 2006

Familia parisina


Antes no me pasaba como ahora que los fines de semana se hacen cortos, que vuelan, en una alfombra mágica donde con los amigos "somos invisibiles, vámonos de viájico, somos drupilá!"...
Estas 3 noches y dos días - que ahora he decidido dedicar sólo al ocio- me recuerdan más que nunca en la semana que ya no estoy sola en esta ciudad, en esta mágica y bella ciudad de la luz (y en la que sin embargo se respira tanta soledad). Si, ya no estoy sola, cuento con mi "familia parisina": mis amigos.

Los amigos siempre han sido para mí una de las grandes alegrías de estos días que pasan por mí hace 28 años ya... mis "no largamente numerosas, pero siempre profundas" amistades me son vitales, y agradezco cada vez su existencia en la mía. Y sin embargo he descubierto en esta lado nórdico del mundo otra suerte de amistad, una que en ausencia de padres, cuñados, ex-compañeros, hermanos y "ex"s whatever, lo son todo, son familia, son amigos, son madres, son hermanos. Y por eso el vínculo es más constante, más de cerquita, más de "oye, ¡hace más de 4 días que no sé de tí!"...

En fin, este mensaje está saliendo medio latero, medio a lo "dígaselo con village..." Supongo que lo único que quiero decir esta noche de domingo post-weekend (con una once, dos almuerzos, una obra de teatro, una ida a expo, dos salidas de bares, dos cafés, y 4 chats en el cuerpo con mes amies là-bas), es que los quiero mucho, y que siempre serán una de las mejores cosas que me han pasado en París. Estoy feliz de que nos hayamos encontrado. Aquí y ahora.